martes, 17 de junio de 2014

(la mujer afila cuidadosamente las palabras, las mastica hasta convertirlas en el mejor de los cuchillos, habla conmigo como si fuera un trozo de la carne que uno compra cuando no tiene dinero para comprar carne o fruta demasiado blanda o un útero a extirpar. a mí se me acaban las fuerzas, me encharca el vómito, sólo pienso en autobuses y en relámpagos como venas en el cielo, en cómo cruzar la selva cuando otra vez sea de noche)