sábado, 28 de junio de 2014

(el aire caliente mueve la buganvilla en el patio, dice que sí, duda un poco, apenas sabe. pienso en el piso de enfrente, vacío desde hace semanas. hay luz algunas noches, una luz que no se apaga hasta el amanecer y que se escapa a través de las persianas bajadas, una luz pequeña que esconde una vida diminuta y que deja que las plantas se sequen lentamente en las tres jardineras. pienso en las personas que vivían antes allí —una pareja perfecta, cualquier crío, un schnauzer miniatura— y en esa luz que se enciende a veces y me encuentra ahora)