(estamos en una habitación vacía hasta que nuestro jefe nos dice que mañana no tendremos que volver —nuestro trabajo consiste, consistía, en mover cajas, siempre las mismas cajas a los
mismos sitios—, que todo ha terminado. nos abrazamos entre nosotros, nos besamos las mejillas, somos viejos, tenemos miedo, ahora somos libres, salimos a la calle, las olas llegan mansas a la acera)