viernes, 21 de marzo de 2014

(el matadero apesta a carne en descomposición, hay grandes cubas de madera que sudan grasa ácida, le indico al conductor del camión dónde aparcar, bajan cerdos por la rampa, también perros viejos que olisquean las cajas con huesos de la entrada. aquí los mejores matarifes son críos con machetes, hay uno en especial que golpea con fuerza, una y otra vez, persigue a los animales, los acorrala contra la persiana, a cada golpe, los cerdos dejan de ser cerdos y se convierten en otros niños sucios que intentan huir a cuatro patas, niños que gritan, niños cuya carne se abre sin sangre, asisto a la escena hasta que despierto y sigo en ella mientras desayuno, me lavo los dientes y el agua caliente de la ducha)