lunes, 25 de noviembre de 2013

(en la fotografía, el culpable, el condenado a muerte, no tiene manos ni pies, tan sólo muñones llenos de pelo y dientes como pequeños topos disecados al final de las mangas del abrigo, al final de los pantalones de pana, tendrías que ver cómo le abraza su hija, cómo le sonríe, amor del que hace llorar)