viernes, 22 de noviembre de 2013

(los padres duermen en los colchones del comedor, en el suelo hay papel de periódico húmedo, amplificadores encendidos y guitarras sin apenas volumen, todos los niños en las habitaciones al final del pasillo, uno de ellos llora, lo tomo en mi pecho, intento calmarlo, su cuerpo es suave, una perfecta muñeca de látex que no puedo dejar de cuidar a pesar de notar el precinto de calidad mientras acaricio su espalda)