martes, 1 de octubre de 2013

(en el sótano que vaciamos de carbón, tom bennet y el más pequeño de sus hijos con las caras convertidas en un amasijo de ratas y hurones que un segundo antes de despertar querrán comerme las manos, tragárselas enteras, un pozo negro en el centro del mar)

(horas después, mi reflejo en el espejo: la piel blanca y salada, la herida en el costado, la nariz sangrando mientras cruzo el desierto con los ojos cerrados)