sábado, 2 de junio de 2012

(sueño que vendemos el piso y de eso se encargará el señor valls ludeña, el de la agencia de viajes, su secretaria nos invita a esperarle, me fijo en la moqueta roja y en la habitación de los niños, en la escalera de caracol, en la mesa donde un hombre nos mira fijamente, mi madre, mi hermano y yo)

(dice maría ramos que la pornografía combate la tristeza y me masturbo, es lo más cerca que estoy de sentirme vivo, el resto es un simulacro, actores llorosos fingiendo un incendio. la cabeza es un laberinto de imágenes atropelladas: detrás de cada boca sonriente, un mundo que no existe)

(los últimos días tienen agujeros en el corazón, una sensación física de caída libre que me paraliza, como de pausa infinita entre dos latidos. sucede varias veces al día —sucede mientras escribo ésto—, entonces pienso en esa vez que vi caer un hombre con la mano en el pecho, intentando retener la vida que se le escapaba, la vida entera en un último segundo)