sábado, 9 de junio de 2012

(no conozco este barrio y necesito sellos, también papel de celofán, busco una papelería detrás de la línea de playa, de la carretera, de la vía del tren, casas bajas como cárceles que se caen a trozos, detrás de la horchatería vive mercedes sampietro, en el piso superior lava la ropa de sus vecinos, hace calor y follamos, me encanta su esfínter, tan dilatado y fácil, me pasaría la vida metiéndole el puño, teniéndola tan cerca, estallo en su cara sudorosa, se relame, me miro las manos y están llenas de mierda color azafrán, siento vergüenza, hay que montar la ducha —es algo que sé porque no es la primera vez que estoy allí—, apartando cajas y tubos de metal, despierto)

(lanzo a canasta, es de noche, hay luz en las casas cercanas, pienso en la guerra, en los aviones, en las bombas, el balón de cuero viejo a veces parece una cabeza humana, despierto)

(estos últimos días son un elefante haciendo equilibrios sobre una gran bola de metal de colores, uno se pregunta por qué y, sobretodo, hasta cuándo. ruido de camiones, un viejo que apesta, niñas sonrientes en shorts, españa se ahoga en su propio vómito, revienta sobre sus brasas)