martes, 29 de mayo de 2012

(si respiro, la cabeza me estalla en una nube de estornudos, me arden los ojos, la lluvia de flores diminutas y polen, el aire envenenado. hoy àngels lleva zapatitos como de tacón y una blusa amarilla, es casi un personaje de cuento, la princesita que entregarías al dragón, que la destripe, que la destripe, aletea como un gorrión contento mientras la boca se me llena de vómito y el trabajo a socavones, a jaulas, a cables de alta tensión caídos en el suelo, temblando como sarmientos blancos y azules, pasan las horas, caminamos sobre la cornisa de nuestro futuro, hace calor, paco suda como un cerdo, reímos, resoplamos, rajamos, gruñimos, apagamos la luz, cerramos la puerta, se acerca el verano y, con él, el fin del mundo)

(alguien ríe en el patio, ríe de una manera escandalosa, ríe como el puto tom hulce en amadeus, la película de miloš forman, ríe por encima de voces que se tejen unas a otras, ensuciándose, insistiendo, enfermando en cualquier queja, suenan persianas que se cierran bruscamente, suena el camión de la basura, suena una moto trucada, suena un zumbido eléctrico que nunca se detiene, vuelvo a imaginar la felicidad como un pez que se ahoga ahí, en el suelo, húndele los pulgares en las branquias y estira, estira, estira fuerte, rompe su piel de plata)