lunes, 5 de marzo de 2012

(historia de supervivencia en la charca de la empresa, la cabeza en un agujero de trabajo y bien, qué bien, mejor así, mejor no pensar hasta que llaman por teléfono y salto, no estoy acostumbrado a que me suene el ring histérico en la nuca y además tengo frío y me duele el costado y me duele el tobillo y me quejo y gruño y rebuzno y rechino pero estoy contento porque no tengo un sólo segundo para pensar, todo perfecto, jilguerito en la jaula metálica hasta que suena el timbre y bajo a abrir y una chica sonriente, dulcísima y mugrienta me pide una moneda, el chándal lleno de mierda, el pelo rojo en un nudo, zapatillas blancas y doradas, es idéntica a begoña y de pronto pienso en ella, en qué estará haciendo, en su marido y en su hija y en todas esas cosas que antes estaban y que ahora ya no están y es entonces que ya no hay trabajo que me salve, todo es un incendio y el mecanismo de succión y fricción me arranca el calor en los ojos mientras cierro)