sábado, 24 de marzo de 2012

(el tiempo ralentizado. el chico de las zapatillas rojas simula la defensa de un contrario, bota, finta, pivota, se eleva, lanza a canasta con una suspensión tan lenta que recuerda el último salto de nijinsky, una vida entera en el aire mientras la pelota describe un arco infinito y entra limpiamente en el aro, swosh, así una y otra vez, swosh, swosh, pura irrealidad: nadie tiene diez segundos para tirar, salvo en las putas películas americanas)

(cansancio no equivale a sueño. alcohol no equivale a sueño. madrugada no equivale a sueño. los minutos como losas, la cabeza, los monstruos, los fantasmas, una paja, dos pajas, la ficción. me miro al espejo mientras el mundo duerme, los ojos rojos y los párpados viejos, me paso la mano izquierda por el vientre, un perro ladra en algún lugar, escojo desayuno, ducha, cepillo de dientes, escojo boxer y camiseta blanca con agujero en el costado, calcetines negros, jersey perruno de color beige, parka alemana que se cae a trozos, zapatillas negras y tejanos tristes, escojo manifestación de parados, gente que no me importa y a la que quemaría viva sólo por ver qué coño, gente a la que aprecio y respeto profundamente, verdaderos santos de la revolución proletaria, a santa compaña versión vanguardia y lucha obrera, escojo caminar lentamente, el tiempo ralentizado, escojo que no hay nada que escoger salvo nuestra buena parte de mugre y consigna, pedazo de epifanía)