jueves, 29 de marzo de 2012

(desánimo porque todas las guerras están perdidas. recorremos el pueblo en el que vivo cerrando las tiendas que han querido abrir, buenas palabras, gritos y persianas que bajan un rato y después abren hasta la mitad y después abren del todo, gatos y ratones. democracia, la palabra mágica, la llave que abre todas las puertas, que valida los argumentos más tristes. tú tienes libertad para hacer huelga, yo para trabajar, dice una chica que debe cobrar setecientos euros vendiendo barras de pan en una franquicia de mierda. albert y yo pasamos el rato haciendo comentarios sarcásticos da igual sobre qué o quién, pero con predilección por un personaje con el kit de comisiones obreras, gorra, chaleco, chapas, adhesivos, panfletos y banderola. hace un día precioso, calor tranquilo y lemas que se corean sólo porque riman, pero ese tipo es capaz de joder unas vacaciones)

(una pareja de heavys que caminan de la mano, él lleva la sudadera negra llena de pelos de perro y ella es de color ampliamente azul)

(un hombre de mediana edad sopla una corneta de cien años y el ruido que sale es un estertor negro y antiguo, encharcado)

(familias enteras llenas de hijos, con pancartas improvisadas sobre trozos de cartón y palos de escoba)

(críos que se lían a patadas con las persianas de las tiendas, lo han visto en los mayores, aprenden rápido, pequeños cachorros de perfecto paleto)

(chicas que están pendientes del móvil y de lo que sucede en barcelona, el starbucks de ronda sant pere está ardiendo y se felicitan por ello)

(tres nazipunks de veintipocos a los que conozco de vista, el de la barba trabaja de cartero y lleva una camiseta de skrewdriver)

(una chica preciosa con un espeso flequillo negro, su pareja le acaricia la nuca, una niña juguetea a su alrededor, mosquita de color rosa)

(gente que aplaude desde los balcones, el sonido de un tambor, procesión de muertos vivientes, nuestra seguridad, nuestro futuro no están rotos)