miércoles, 22 de febrero de 2012

(una colección de mandarinas blandas en la cocina, en el mármol junto a la puerta del patio, pelarlas con cuidado, sentir cómo revientan entre mis dedos, comer lo que pueda aprovechar, tirar el resto, oler a fruta dulce hasta mañana por la mañana, calentar sopa, escuchar una canción, volverla a escuchar, cruzar las piernas y apretar fuerte los muslos, pensar en el trabajo de mañana mientras esa canción no quiere acabar nunca)