jueves, 9 de febrero de 2012

(sueño que no puedo caminar, que estoy tirado en el suelo de madera de un hospital, sobre una manta blanca con animalitos infantiles bordados, todavía no tengo los brazos fuertes para poder moverme con ellos pero mis amigos —daniel, juank, gente que no conozco pero que están allí— dicen que es cuestión de tiempo, míriam llega por el pasillo con una silla de ruedas, despierto)

(sueño con lourdes, me abraza, me besa, follamos como la última vez que follamos, me habla de cosas que no puedo recordar pero que, en ese momento, me parecen las verdades más tristes del mundo, despierto, pienso en el sur, en mi sur, en mi vida allí y en todas las cosas que rompí, pienso en volver aunque sólo sea una vez, en caminar por calles que recuerdo perfectamente, me descubro a mí mismo calentando el té en el microondas, treinta segundos a máxima potencia, cinco y media de la mañana)

(sueño con marina, está embarazada, tiene una cicatriz enorme y reciente en la mejilla, es de noche, no puede verme, estoy en la terraza de su casa y ella está dentro, sentada en el sofá marrón del comedor con las piernas abiertas, mirando algo en la televisión, camino por la barandilla porque sé que no puedo caerme, porque no hay ningún sitio al que pueda caer)