jueves, 23 de febrero de 2012

(lo comprendo y deseo continuar, me siento un poco contento, compro tabaco, pantalones con las rodillas gastadas, una chica camina delante de mí, entra en la autoescuela del viejo tatché, pienso en mí mismo al volante de un coche, sentado en una silla con el código de circulación entre las piernas, realidades incomprensibles, un semáforo en rojo, la entrada a la autopista y la tarde azul mientras me estrello, vueltas y campanas)

(pienso en los blogs que tienen contenido para adultos, caballos que chapotean en un río de cristal, libros de mil páginas escritos por maravillosos escritores que eligen ahorcarse para completar su obra, el aire apesta a viernes y a cordero desangrándose en el suelo de una habitación embaldosada hasta el techo, fiesta y letanías y puños en el culo y declaraciones de amor en una terraza con la ciudad a nuestros pies)

(de vez en cuando, voces con preguntas de cortesía, carreras de obstáculos, sonrisas que son puñetazos en la frente, silencios como ventanas enrejadas)

(pero no, estos días están bien, trabajo con luz natural, siento que sirvo para algo, es como si fuera una mierda de hámster contento de tener una rueda ridículamente pequeña que conducir a toda velocidad, la boca llena de pipas, el cerebro pisoteado por)