sábado, 28 de enero de 2012

(sueño que en la habitación del fondo hay una cuna llena de juguetes de porexpán de colores que saltan y se mueven por el suelo, como si un fantasma jugase con ellos. estoy allí y no tengo miedo, sonrío)

(sueño que isa y yo estamos en fuerteventura, en un piso blanco y grande, lleno de niños y escaleras, cerca de la playa. me llama la atención la mayor de todos, debe tener unos doce años pero se viste y comporta como una mujer mayor, con los labios pintados de fucsia. cincuenta años encerrados en un cuerpo diminuto. me puedo quedar a dormir con vosotros esta noche, pregunta. sí, si tu madre te da permiso, responde isa. yo soy mi madre, zanja la cría. no sé cómo interpretar esas palabras)

(bajamos a la playa, isa se desnuda y corre hacia las olas, la arena deja paso a un lecho de piedras y aguas turquesas en el que se zambulle, puedo seguir su silueta hasta que aparece a lo lejos. la sigo y me quito el bañador antes de lanzarme, floto bajo el agua hecho un ovillo, aguanto la respiración hasta que siento que los pulmones me van a estallar)

(estamos de nuevo en casa, me distraigo afinando guitarras con un cuarto de tono de diferencia, isa me cuenta que los niños son suyos y que la relación con la mayor es tensa, pienso en david cronenberg, despierto, la naturaleza salvaje del sábado)