lunes, 5 de diciembre de 2011

(el último aliento, veintiún gramos flotando en la nada, lunes como viernes, semana llena de agujeros en los que mirar para ver monstruos, mundos seguros, iluminados y limpios, asépticos, mundos en los que las conversaciones se repiten como un eco que no quiere desvanecerse nunca, mundos en los que sólo puedo moverme disfrazado)