miércoles, 2 de noviembre de 2011

(llueve, pongo la ropa a secar en una silla del comedor, preparo té, exprimo un limón, caliento sopa, la última manzana en la bolsa transparente, una naranja llena de semillas, pido hora en el ambulatorio, nueve tres siete dos ocho cuarenta y cuatro cuarenta y cuatro, once de noviembre, seis y diez de la tarde, la cabeza se me va un poco mientras espero que una voz conteste)

(cartas a emma bowlcut, de bill callahan. compré el libro esta tarde, las calles estaban llenas de gente y hacía un poco de calor. un pequeño lujo, supongo. noviembre, algo que leer, las manos cerradas apretando los recuerdos contra el pecho)

(el mismo ciervo jadea pesadamente en el suelo, la sangre a borbotones lentos, un charco de miedo, imágenes que siempre están ahí, dentro de los ojos)