miércoles, 21 de septiembre de 2011

(sueño que estoy en casa de marta, en un sitio que ella llama bergen-belsen pero que no tiene nada que ver con el campo de concentración. jezu, su novia polaca, duerme en la habitación de al lado)

(tendríamos que irnos, dice marta, por qué no la despiertas tú? claro, voy, es un cuarto grande, la chica ha trabajado hasta tarde y ahora es apenas un bulto que respira lentamente en la cama que hay bajo la ventana —hay tres más, dos de ellas vacías, unos plegatines que sólo almacenan ropa—. hace un día gris, lluvioso, las persianas no están bajadas y a lo lejos se ve una central térmica, cemento, algo de bosque verde oscuro)

(me siento junto a jezu y retiro el pelo de su frente, abre los ojitos, se despereza, se levanta y me abraza, sonríe. me extrañan tantas muestras de afecto porque ella no me conoce. pienso intermitentemente en mis abuelos, como si también estuvieran allí)

(la imaginaba más pequeña y más delgada, no es que no lo sea, es que la imaginaba con aspecto de chiquillo de doce años. me gusta cuando me abraza y ése es el recuerdo que se me queda dentro cuando despierto, son las doce de la noche, tengo fiebre, me paso la madrugada soñando que sueño que estoy en casa de marta, un sitio que ella llama bergen-belsen y que jezu y la central y la habitación de cuatro camas)