domingo, 5 de junio de 2011

(míriam tiene que hacerse una mamografía y la acompaño, es un edificio blanco, sin ventanas, una puerta que conduce a un pasillo largo con escaleras de subida y bajada y que va estrechándose a medida que uno avanza, hasta llegar a una parte por la que apenas si se cabe de perfil. al final de ese pasillo hay unos escalones que descienden y una puerta entreabierta con luz amarilla en el interior y una mujer desnuda frente a una máquina, es aquí, le digo, te espero fuera)

(en el exterior coincido con esa mujer, ahora está vestida y se dirige a una zapatería que anuncia restos de serie a treinta y nueve euros, noventa céntimos, la sigo, está justo enfrente del edificio blanco, curioseo, hay unos zapatos azules que me hacen gracia, pienso en regalárselos a míriam pero no llevo dinero suficiente)

(salgo y cruzo la calle pero todo ha cambiado de sitio, doy la vuelta a la manzana y no reconozco nada, no hay gente, empiezo a sentir miedo al ver que estoy perdido y despierto, son las ocho y no sé qué más)