sábado, 7 de mayo de 2011

noche de asfalto y gente, concierto, cerveza en vasos de plástico hasta que se acaba el dinero, besos en las mejillas y besos en los labios, abrazos y conversaciones que rozan lo mínimo imprescindible, que se aguantan con alfileres, cadenas de tópicos y información privilegiada, viernes en un acto político que debería albergar ilusión por el futuro y sólo sirve para constatar que apenas me creo la revolución socialista del proletariado, ojalá, apenas nada porque evito despedirme

cómo estás es la pregunta que más odio. cansado es una respuesta habitual. vuelvo a casa sobre la una. hablan de sendero luminoso en un documental sobre el perú en el trenta-tres. me quedo dormido y despierto a las cinco y veintiocho, sábado en papel de regalo, en un vaso de té