lunes, 9 de mayo de 2011

la rutina se sienta en la silla con sonido de violines, me acomodo, levanto el pie, muevo los dedos, enciendo el ordenador, la ventana abierta, puedo escribir mi nombre en el polvo de este lunes, chuparme el dedo, seguir lloriqueando tonterías acerca del amor y la responsabilidad, teniéndole miedo a los fines de semana y a todas las horas solo, puedo un montón de cosas que no me harán levantarme si me caigo, cinco millones de parados, me deslumbra el sol y la falta de ilusión ahora y en la hora de nuestra muerte, amén