martes, 19 de abril de 2011

un hombre pide un vaso con ginebra y saca un libro de una bolsa de plástico, contraluz, de thomas pynchon, pido una cerveza más, me gustaría estar borracho, me gustaría estar en el dirigible de la portada, hindenburg clavándose en el suelo un segundo antes de estallar y todas las voces alegres en mi espalda

el hombre luce una larga y canosa cola de caballo, gorra de cuero, zapatillas deportivas caras y un afeitado escaso, se sienta y bebe un trago corto, abre el libro y sube al dirigible, ahí se pierde definitivamente en la tarde del sábado

(intenté leer el libro de belén gopegui pero empezó a sangrarme la nariz ya desde la dedicatoria. creo que sentí que así no estaba yendo a ninguna parte, la escala de los mapas)