domingo, 10 de abril de 2011

(sobre los efectos devastadores de la radioactividad: la batalla de chernóbyl, de thomas johnson, en la noche temática de la segunda cadena)

(me cuesta dormir, despierto cien veces. la doctora no me mira, se limita a una entrevista mecánica, a escribir mis respuestas a mano con un rotulador pilot de color rojo en una gran libreta de hojas blancas. sufre de incontinencia?, pregunta. qué entiende por incontinencia?, respondo. la pérdida del control normal de los intestinos, replica. en ese sentido, no, contesto. sí ocurre en momentos puntuales pero no como norma. hago esfuerzos por evitarlo, añado. entonces sufre o no sufre de incontinencia?, insiste. no, simplifico, no sufro de incontinencia si por incontinencia usted entiende que pierdo el control normal de mis intestinos. es evidente que esa mujer no está ahí para matizar nada: necesita respuestas blancas o negras, nada de respuestas grises, respuestas de sí o no, de ceros o unos, de abierto o cerrado. es evidente que esa mujer es una buena funcionaria del sistema público de salud con los dedos llenos de anillos de oro)

(esos esfuerzos marean, debilitan, un sudor frío me recorre el alma, me duelen las articulaciones, el vientre hasta estallar, la boca se llena de saliva, empiezo a pensar cosas que no debería, la felicidad es un brillante pez abisal ahogándose en mis manos; la vida, un charco rojo y pestilente en cualquier sitio)

(un mensaje de S: la escala de los mapas, de belén gopegui. escribo a la librería de los encargos el sábado por la mañana. maría josé responde que posiblemente está agotado, pero que no me lo puede confirmar hasta el lunes, no hay prisa, nunca hay prisa. la felicidad es el cabello blanco de belén gopegui, su corazón rojo; la felicidad es la nuca rapada de S y los secretos que escribe y tacha, escribe y tacha, las fotos que encuentra y rompe)

(escribo frases cortas, las borro, las vuelvo a escribir y escribo otras, las junto a puñetazos, las dejo en rincones de la habitación, quizás nunca vuelva a buscarlas, crecerán como pelusas. una película con jennifer aniston, té dulce con especias, una galleta, ayer me afeité la cabeza, apagué el teléfono después de un mensaje de juank que apenas respondí, esta mañana tiré el cepillo de dientes y me masturbé tantas veces como pude, después pensé en las elecciones en perú y busqué algo de información sobre ellas: que los candidatos siempre sonrían me resulta una amenaza, es violencia pura, besos como heridas, el cáncer creciendo dentro)

(me cuesta dormir, despierto cien veces y sueño con algo que tiene que ver con radioactividad, con isótopos y cesio ciento treinta y siete, con las quemaduras y los sudores y las epidemias de cáncer de tiroides y las chimeneas humeantes. pienso en agustín fernández mallo y en su vida como icono afterpop, escritor y ubicuo técnico de rayos x. sus radiografías son auténticas obras de arte, pienso, mi tobillo roto es la lata de sopa de tomate del siglo veintiuno)