jueves, 3 de febrero de 2011

sueño que despierto de repente y son las diez y diez de la mañana, me he dormido, vuelvo a trabajar en la imprenta y vuelvo a tener ese horario extraño, de once a siete de la tarde. la casa está a oscuras, todas las persianas bajadas, no tengo tiempo de desayunar, sólo necesito una ducha, todavía tengo los casquitos con los que escucho música antes de dormir, una pequeña radio negra marca sanyo con funda de silicona de color naranja, suena tunnel of love, girl it looks so pretty to me, just like it always did, me gustan los primeros discos de dire straits, siempre son las mismas canciones, la misma voz de zapato viejo, dejo el aparato en la loza del baño y el sonido se amplifica y lo llena todo y es bonito

sueño que estoy en la ducha y bajo el agua caliente descubro una cicatriz en el pecho, es grande, rosada, es como un coño mal cosido, eso pienso bajo el agua y es entonces que recuerdo que tuve cáncer y me quitaron un tumor que tenía forma de barco o de aleta de tiburón, S también tuvo uno así, eso me dijo, era blanco y parecía de cera, nunca he visto su cicatriz, me enjabono y me pregunto por qué no ha sonado el despertador, en el hospital no necesitaba despertador, ése es el motivo, eso pienso

sueño que ya estoy vestido y que me despido de mi madre y ella lee ombligo sin fondo, de dash shaw, no me gusta mucho, dice, está sentada en la mesa del comedor, dame un beso, no ha levantado las persianas y se alumbra con una lámpara pequeña de papel que está en el suelo, todo tiene una luz amarillenta y triste y es entonces que suena el despertador, son las seis y media, esta vez sí

la última imagen antes de. camino por el pasillo del hospital, hay un ventanal enorme al fondo, mi habitación es la penúltima puerta de la izquierda, llevo una bata blanca abierta por detrás, zapatillas de deporte y calzoncillos, tengo veinticuatro años