sábado, 4 de diciembre de 2010

los pasillos del supermercado como un laberinto en el que siempre resoplan los mismos monstruos. minotauro resfriado, ibuprofeno, paracetamol, la nube blanda y blanca que se deriva y se me pega en la piel, los pulmones. me desmorono, me gusta todo lo que estoy viviendo, todas las piezas de mi puzzle están cambiando de sitio, convirtiendo mi corazón en un caleidoscopio. pienso en mis defensas hechas papilla y en mis tripas cada vez más sanas. no cagar sangre es algo hermoso, no tener dolor es algo hermoso. me pregunto cuánto durará esta ola que estalla y estalla