miércoles, 29 de diciembre de 2010

(sabemos que keller acabó la guerra y se casó en mil novecientos cincuenta y dos en frankfurt con una buena mujer alemana. sabemos que trabajó en una fábrica con un buen cargo, donde era conocida su simpatía y que una mañana de enero de mil novecientos sesenta y uno se marchó a trabajar como cada día —fiambrera, bocadillo, manzana, periódico— y, sencillamente, desapareció)

(sabemos que la desesperada señora keller intentó sin éxito hallar a su marido, encontrándose todas las puertas cerradas, el desinterés policial y las habladurías de sus convecinos. sabemos que eso fue así hasta que la mañana del diecisiete de abril —un lunes de peluquería—, encontró algo que le hizo entenderlo todo de repente: pasando páginas sin interés en una revista, un artículo sobre las matanzas de judíos en ucrania durante la guerra y una fotografía en la que se podía reconocer con claridad al señor keller detrás de un hombre, el último de los veintiocho mil judíos de vinnitsa, pistola en mano, nada que sentir al disparar)

(sabemos de la fina línea que une al anónimo señor keller —un soldado voluntario en el einsatzgruppen d— con el burócrata adolf eichmann, detenido apenas ocho meses antes en argentina por miembros del mossad y juzgado en israel. sabemos que keller sabe lo sucedido con eichmann y con tantos otros antes y tantos otros después. sabemos que keller considera oportuno desaparecer. apenas sabemos nada más de keller, tan sólo esa fotografía —lo que en ella está a punto de suceder y lo que ha sucedido durante las horas anteriores— es la única certeza que tenemos de ese hombre. sabemos que la vida de keller es una vida inventada, en lo que a la señora keller se refiere. afirmamos que keller no se llama keller y es, en rigor, una persona que no existe, un fantasma)

(la señora keller, mujer de firmes convicciones cristianas, sólo encuentra la ayuda necesaria para denunciar a su marido en simon wiesenthal, quien referirá la historia en sus memorias. antes de eso, un intento de suicidio al sentir que su vida es un engaño y que la persona a la que ama es un asesino. antes de eso, palabras de reprobación de quienes pretenden convertirla en la criminal de esta historia, cómo podría alguien denunciar a su marido, semejante traición)