el corredor, de jean echenoz. no sé por qué lo he comprado, la verdad. sólo sé que los ojos se me han llenado de lágrimas aún antes de acabar la primera página y de repente he entendido que ésa y no otra era la piedra que cerraba el círculo de piedras en el que se había convertido el día
(en el centro, emil zátopek y su huida salvaje, sin aliento. gravitando a su alrededor, el almirante richard evelyn byrd, mi único hombre en el ártico)