domingo, 13 de junio de 2010

sesenta kilómetros sin un solo coche en la carretera, el cielo preñado con todas las estrellas y historias de fantasmas para asustarnos mutuamente, ése es el viaje de vuelta

(a vicente le lloran los ojos cuando tiene miedo. hablamos de muertos que aparecen en carreteras solitarias, de ovnis, de programas de televisión, de películas y jung. él conduce tranquilo, sujetando el volante con las dos manos, mirándome de vez en cuando mientras conversamos. a veces gesticula. vicente con una sudadera gris y una cerveza a medias. dentro de nada estaremos en la puerta de su casa, fumando el último cigarro del día, acabando el paquete, riéndonos con cualquier cosa. ha sido un concierto extraño. la ausencia se disfraza de electricidad, de ruido, de eco, de frío en una nave demasiado vacía. hoy he estado realmente lejos de todo y de todos. ha sido como si esta noche no hubiera existido)