jueves, 11 de marzo de 2010

el señor es mi pastor, nada me falta. en prados de hierba fresca me hace reposar, me conduce junto a fuentes tranquilas y repara mis fuerzas. me guía por el camino justo, haciendo honor a su nombre. aunque pase por un valle tenebroso, ningún mal temeré, porque tú estás conmigo. tu vara y tu cayado me dan seguridad. me preparas un banquete en frente de mis enemigos, perfumas con ungüento mi cabeza y mi copa rebosa. tu amor y tu bondad me acompañan todos los días de mi vida; y habitaré en la casa del señor por años sin término