miércoles, 17 de septiembre de 2008

estoy cansado. begoña volcando en mí todas sus dudas y, la verdad, tampoco es mi mejor momento. me conozco y sé que con mi ruido interior es más que suficiente. un día tras otro todas las dudas. correos electrónicos y sms con todas las dudas. a cualquier hora las dudas hechas píxel. todas las dudas hasta que me estallan los cojones. nos veremos el fin de semana si no me he muerto antes. nuestra relación es hablar de nuestra relación. y eso es algo que no sé afrontar. ojalá pudiera ser diferente, como empezar de nuevo

todos los hombres son iguales, dijo ella. no, te equivocas: algunos somos peores, dije. begoña sonrió. ése y no otro es el principio de las cosas

pero de eso hace un montón de tiempo y ahora sucede que su marido no estará y querrá que me quede en casa y yo no sabré qué coño de cara poner. nuestra relación es cada vez un poco más oficial pero a mí me da miedo que me toque y tambien me da miedo estar allí porque sé que, en el fondo, no pertenezco a su vida, que soy una persona diferente a la que vive en su corazón. el tiempo pasa y las ilusiones se me rompen en las manos, sin caerse al suelo. estallan como vasos vacíos, cortándome los dedos. ella quiere que hablemos y yo no sé bien qué decir. sólo sé que me gustaría un poco de sol. sol en la nariz y cosquillas en los ojos cerrados

las cosas no se repiten, no: duran, estirándose pegajosas, cambiando de protagonistas y escenarios, pero siendo siempre las mismas. el único que cambia soy yo, que cada vez puedo menos con todo. me sigo disfrazando de persona, intento mantener vivo lo que me une a ella, sonrío en las fotos. ella no tiene para nada la culpa: es imposible estar con un tipo como yo, descentrado hasta decir basta. el desorden en presente continuo, aquí y allí y en ningún lado. ése siempre ha sido mi problema

suena el teléfono. me da lo igual hablar con una persona que con otra: el cansancio es el mismo o parecido. los silencios son los mismos o parecidos. una llamada de cisco con cosas de trabajo y de su fin de semana en tàrrega, que tenemos que quedar, que un día de éstos, sí, claro, un día de éstos. una llamada del sr. tinoco, que a las nueve me paso por tu casa, te pago y me llevo los carteles. apenas tengo un hilo de voz, sí

sí a todo, como las buenas putas, las caras. buenas noches