jueves, 28 de agosto de 2008

soñé con una chica que arreglaba guitarras en un sótano minúsculo. el sótano tenía una ventana alta que daba al suelo de un jardín. cielo azul, hierba y caracoles. hay que cambiar todo el sistema eléctrico, me indicaba. y también los botones de colores. ciento treinta euros encima de la mesa. salíamos juntos porque era la hora de cerrar. cuatro escalones gastados y una puerta pequeña y entreabierta. en ese mismo instante, una sensación grande de arrepentimiento me inundó el corazón y desperté

me duché y bajé a la biblioteca. devolví los libros que tenía desde hacía meses y hablé un rato con la bibliotecaria. es una tía agradable de piel casi transparente. saqué más libros y volví a casa con la piel en llamas, dándole vueltas a lo que pesan ciento treinta euros