martes, 26 de agosto de 2008

justo en esa plaza, la del hotel de francia y parís / que siempre está llena de chiquillos jugando a pelota y de un calor inmenso que serpentea entre los camareros como un desierto temprano y triste

justo en esa plaza suena el teléfono y es marta / marta que tiene esa habilidad exquisita para tocarme los cojones justo en el momento en que no toca (ella me quiere así, sin tener ni puta idea de cuándo ni cómo, siempre expectante)

con su sonrisa haciendo temblar los platos que llegan a las mesas. con el color de mi piel escondiéndose en cada surco brillante y lleno de oro. las uñas como perlas, la espalda llena de sudor frío y viejo. el efferalgan de un gramo deshaciéndose en un vaso de agua mientras esa chiquilla lo mira burbujear, un nudo de aluminio que lo envuelve