miércoles, 27 de agosto de 2008

en el corte inglés compré dos blocs de papel de acuarela tamaño cuartilla, un pincel lengua de gato, un par de lápices acuarelables, uno negro y otro malva oscuro, y un tubo pequeño de acuarela negra. estuve un buen rato mirando y tocando. eso es algo que en las tiendas no puedes hacer porque para eso están los dependientes. es por cosas así que me gusta el corte inglés. allí nadie te pregunta nunca nada

en el fnac compré percy gloom, de cathy malkasian, y crónicas birmanas, de guy delisle. me apetece empezar a leerlos esta misma tarde

hace calor en la calle. bego y yo desayunamos en el fragile, un bar de la calle ferlandina, más o menos delante del macba. turistas y intelectuales, maricas de pies feos, bolleras con la piel roja por el sol. te ponen hielo en el zumo de naranja y el desayuno de ambos sale por ocho euros. hablamos de muchas cosas. ella me ve distante y yo sólo creo estar cansado. insiste en que soy una persona diferente, que tantos días sin vernos han hecho de mí otra persona que apenas reconoce. la miro y no sé qué decir. tengo la vista perdida en las manchas de la pared. me gustaría ser diferente y quererte mucho, le digo. aprender a hacerlo, añado. ella me coge de la mano y me dice algo que ahora no recuerdo pero que en ese momento me reconforta. son las once de la mañana y cada minuto que pasamos juntos es una cuenta atrás hacia no sé dónde