sábado, 31 de mayo de 2008

una pizza hecha sin gracia con lo primero que se ha pillado en la nevera. música demasiado alta, de la que no te deja hablar. una mesa redonda en el bar de siempre. gente que conozco y gente que no. como en silencio, cortando trozos pequeños que mastico sin ganas. no tengo hambre, tampoco tengo nada que decir. las conversaciones se hacen en grupos de dos, de tres, varias a la vez, desordenadas. alba me pregunta por mi declaración de renta y judit escucha. será mejor que me vaya

(el gordo y el del brazo escayolado entran en el lavabo de los tíos. gente que se mete farlopa a las nueve de la noche. siento asco. nos miramos. me he cortado el pelo, me he afeitado. parezco otra persona, soy otra persona, una que se ha ido lejos, a un lugar al que sólo yo sé llegar. es algo interior)

(huelo un poco a humo. el olor está metido en mi nariz. hemos estado juntos durante todo el día. una barbacoa y el último capítulo de la temporada de perdidos. un ritual infantil, supongo. me hago viejo. todo el mundo se hace viejo, pero yo más. hay fútbol en televisión, un partido intrascendente. el entrenador de perú se llama chemo del solar y no tenemos nada que decirnos)