jueves, 17 de abril de 2008

al mediodía llovió fuerte, mucho, con un estruendo que rompía el mundo. y después granizó, rompiendo esta vez las flores de los árboles. las aceras quedaron llenas de pétalos cadáveres y trocitos de hielo que se me antojaron bolitas de anís. después vinieron los párpados pesados y un pensamiento circular alrededor de betty, que con su perruna calidez fue lo único que me hizo sonreír de verdad en todo el día