martes, 25 de marzo de 2008

la sala está llena de chicos sucios, famélicos, medio desnudos, que caminan entre las columnas, arremolinándose entorno a ellas. uno de los mayores golpea los genitales de un pequeño en cuclillas. éste chilla de dolor y se caga encima. despierto. es de noche aún y estamos detenidos en mitad de ninguna parte. la cortina tupida tiene unos agujeritos que dibujan constelaciones precisas y lejanas. agujeritos más grandes y más pequeños, formando un cielo únicamente mío. pienso en la vía láctea, en las pocas cosas que sé de astronomía. luz emitida hace miles de millones de años y de la que ahora empezamos a desentrañar misterios. no quiero moverme. realmente, apenas quiero nada. me acerco la mano a la boca para sentir mi aliento y abrigarme un poco así. es suficiente