domingo, 27 de enero de 2008

domingo frío. dormí antes y soñé que viajaba a estambul. mi madre me encargaba una pizarra y tizas de colores. era un viaje de ida y vuelta en el día, quizás por algo de trabajo, un viaje de los que no puedes esperar nada, pero del que me ilusionaba pensar lo contrario. al despertar, el dolor se confundía en la primera de las dos parábolas pluscuamperfectas que lanzó ayer jaka lakovic desde muchísimos metros, con la cara blanca y mullidita de thora birch en la malísima película de ayer, la de cuatro. después busqué un mapa de ucrania y recorrí la frontera con polonia con la mente en blanco

(en el viaje a estambul había una escalinata que descendía a una calle ancha y colores preciosos. recordé una cara y una manera de besar y entonces supe que tenía que volver)