viernes, 21 de diciembre de 2007

vacaciones de navidad, como cuando éramos pequeños. un montón de días fríos hasta el día dos de enero en los que no hacer nada. días, por otra parte, con los que no contaba. siempre cuento mal los días de vacaciones. miro el paquetito con las medicinas, me hago una paja, me quedo dormido viendo la tele, mando un sms, pienso en abrigarme bien esta noche cuando salga. desde hoy, estonia es europa y rafa nos contará tonterías sobre. cena para ocho en el local

la gente se va de vacaciones. hoy yolanda me cuenta de sus días en zaragoza, con la familia de su marido. los dos sabemos que faragofa es un agujero del culo. suena a cárcel y a cansancio después de todo el día cotilleando. hablo y sonrío sin mirarla porque me pone nervioso la curva de sus muslos y su sonrisa perfecta (siempre me encantaron los colmillos montados sobre el resto de dientitos). he pasado a cobrar por su oficina el último trabajo que teníamos pendiente, de esos trabajos que hago en casa, en patéticas labores de freelance. guardo el sobre en el bolsillo y jugueteo con el paraguas al volver a casa. yolanda es la hembra perfecta de la manada y a mí me gusta que me cuente que tiene tortugas y no sé de dónde saca la gente que son lentas, tendrías que verlas. el próximo día le preguntaré cómo se llaman