miércoles, 28 de noviembre de 2007

hago mierdas para jubilados, dípticos de promoción en los que se informarán de cómo pueden, en sesiones de intensidad variable, tonificarse la cosa muscular y la cosa cardiovascular. el cliente ha mandado fotos, todas malas y oscuras. un millón de viejos en chándal se mueven al ritmo que les marca una monitora rubia y flaca. conozco a algunos de ellos de vista. a fin de cuentas, esto es un pueblo y todo el mundo se conoce. me imagino a mí mismo allí dentro de cuarenta años, moviéndome torpemente entre otros cuerpos arrugados y flojos, sin dientes con los que poder morder. me dan ganas de vomitar, pero no por ser viejo, sino por haber acabado cediendo al aquagym y al combosport y al programa edad de oro, ponte en forma y sonríele a la vida. su puta madre