viernes, 30 de noviembre de 2007

el último día de noviembre. dieciocho grados en barcelona a las seis de la tarde. estoy de pie en una gran tienda de música, esperando a que el dependiente acabe una venta. necesito un estuche para mi guitarra. miro amplificadores, guitarras. una breve conversación y me llevo el único que puede ser, un stagg para flying v. cualquiera que sepa un poco de guitarras sabrá lo que es eso. significa no poder tocar sentado y no pasar desapercibido. significa ser el tío de la flecha. significa que la gente piense que me gusta el heavy. bueno, tampoco es importante. el estuche pesa como un muerto, eso sí. pago con visa y pienso en mañana, en manresa

he quedado para comer con daniel. después, tocaremos un rato. es raro esto, ponerte de nuevo a tocar con el grupo un millón de años después. pero me ilusiona, me parece divertido. no se parece en nada a tocar en casa con la acústica, como cualquier mierdoso en cualquier pradera, ni se parece a tocar con david, aunque con él sea extraño y divertido. daniel es perfecto porque es otro gran pez sabiendo qué ruido hacer y en qué momento, exactamente porque sabe lo pequeña que es la cárcel del mi la sol si re mi, porque lo que le importa es el latido y la emoción y eso no se aprende en el colegio, porque allí sólo te enseñan a cagar dentro del wc y un montón de escalas, cada una para una cosa diferente

y, sobre todo, me gusta porque a él no tengo que decirle por qué quiero tocar de espaldas y no mirar a nadie