miércoles, 3 de octubre de 2007

no es odiar, no. es entornar los ojos, es suspirar un poco, es resoplar, es una nube negra y pequeña en la nuca y en la frente. es desgana, es pereza, es cansancio, es ruido por dentro y es silencio por fuera. es no tener nada más que decir, es verme a mí mismo al final de un pasillo disparando una bala en la nuca de cualquiera. es no sentir nada, sólo un leve dolor en el brazo que al final también desaparece, exactamente como ese odio que no es odio, sino que es

buenas noches