lunes, 29 de octubre de 2007

gatos diminutos saltando entre los coches aparcados. tiendas que cierran por jubilación. mujeres que miran el mundo desde una ventana, confortablemente encerradas en su mundo pequeño y cálido. zapatos de vestir en un escaparate. el tacto de unos pantalones de pana gastados. el frío que pincha en las mejillas. los coches que se acercan lentamente, con la música fuerte. gente a la que conozco y a la que saludo según sea el día. escenas que recorto y pego en un collage breve para no olvidar unos ojos, una manera de caminar, una vida consumiéndose detrás de un mostrador, unas luces apagadas, una puerta tan cerrada como un corazón, un lunes antes de

porque es lunes, uno de esos que ya amanecen temprano y se hacen prontito de noche. un lunes que está pidiendo a gritos que, por favor, llegue pronto el miércoles, el jueves fiesta, el viernes puente, el sábado sonrisa y el domingo suspirar. lunes de una-tonelada-de-trabajo, de escuchar a donizetti y también música lejana, de cumplir con una mesa llena de compromisos y urgencias, de sentirme bien por primera vez en muchos días, de hacerme una paja blanda de felicidad, de tumbarme en el sofá a tocarle las orejas a betty, orejas de papel de finitas que son, mientras me trago cualquier mierda en cualquier canal

y respirar, respirar fuerte, excitado, como si mañana fuera el primer día de mi nueva vida y hoy sólo estuviera haciendo una fiesta de despedida para las cuatro personas que quiero, que ya saben quiénes son