lunes, 27 de agosto de 2007

y más cosas

como que el dolor de espalda es intermitente y tan caliente como el sol o cualquier otra estrella. es como un fuego clavado en los hombros que me recuerda constantemente que estoy vivo

vivo y pesado como metal líquido

y mientras, helado con muchas cosas en las escaleras de la catedral

y mientras, chiquillos hablando en un corro ruidoso y padres con críos chicos, más aún

y también viejos andando más rápido que uno y el sabor de la canela y las ventanas abiertas de par en par y el mar y su eco

todo reverbera recordándome qué soy, que soy

y quién también

esperando el autobús